Sunday, May 20, 2012

Catalina de Aragón



Infanta de Aragón y Castilla

Catalina de Aragón nació en 1485 en Alcalá de Henares, siendo la última hija del rey Fernando II el Católico y de la reina Isabel I la Católica. Su nacimiento fue recibido con inmensa alegría por los reyes (sobre todo por Isabel, cuyas otras hijas se hallaban alejadas de los compromisos dinásticos).

Después de la toma de Granada, sus padres se habían alojado en el palacio árabe de Alcázar (una construcción maravillosa con jardines y fuentes de gran esplendor) y allí Catalina vivió la mayor parte de su infancia. Se parecía mucho a su madre: rubia, de ojos claros, decidida e inteligente, tenía sin duda grandes capacidades intelectuales y morales. Recibió una esmerada educación aprendiendo lenguas romances de la península ibérica, francés, flamenco, inglés y latín, además de su español nativo. También se la instruía en las artes, como la danza y la música.



La esposa y viuda de Arturo

Catalina era una pieza clave en los acuerdos matrimoniales y su destino era el de contemplar el designio político de la España recién nacida como potencia universal. En este sentido, Enrique VII, rey de Inglaterra, para protegerse de los avances de Francia y asegurar su poder real, propuso a los reyes de Castilla una alianza de protección mutua contra el enemigo común. El acuerdo establecía a la pequeña Catalina (de tres años de edad) como posible prometida de Arturo (de sólo dos años), heredero de la corona inglesa, conjuntamente con la posibilidad de celebrar nupcias cuando ambos estuvieran en edad de hacerlo. Se acordó que la dote de Catalina no sería muy elevada y si el príncipe consorte moría después de la boda, su esposa debía heredar un tercio de las recaudaciones de los condados de Chester Cornwall y Gales, lo que la convertiría en una princesa de gran fortuna.

En 1497 el largamente discutido acuerdo matrimonial entre Catalina de Aragón y Arturo Tudor fue finalmente firmado y confirmado por una ceremonia matrimonial celebrada en Inglaterra. En 1501, a la edad de 15 años, Catalina fue enviada a Inglaterra donde Arturo con tan sólo catorce años la estaba esperando.


Catalina fue aclamada con entusiasmo por el pueblo de Inglaterra. La aceptación del príncipe fue inmediata, sentimiento compartido por la joven Catalina, quien pareció también sentirse complacida con su esposo. Arturo envió un mensaje a los reyes católicos, expresando “que nunca había sentido mayor alegría en la vida que cuando contempló el dulce rostro de su esposa”. Y añadió que “ninguna mujer en el mundo podría resultarle más agradable”. Desgraciadamente la pareja no podía entenderse ya que habían estudiado diferentes pronunciaciones del latín.

Sin embargo, esta felicidad no duraba. Unos pocos meses después de su matrimonio, una epidemia conocida como el sudor inglés asolaba la región. Catalina, fuerte y sana, se sobrepuso a la enfermedad, pero el débil Arturo no sobrevivió, dejando a una princesa viuda y virgen. Los intereses de ambas coronas, la pérdida de una cuantiosísima dote por parte de los españoles y la pérdida de un fiel y cada vez más poderoso aliado por parte de los ingleses, llevaron a negociar el matrimonio de Catalina con el siguiente en la línea de sucesión, el príncipe Enrique, hermano del difunto, que solo tenía 11 años.

En 1507 sirvió de la embajadora de España, siendo la primera embajadora en la historia europea.


Reina consorte de Inglaterra (1509-1533)

En 1509 murió el rey Enrique VII de Inglaterra y su hijo Enrique asumió el reinado como Enrique VIII. Una vez obtenida la dispensa papal, Enrique, de 18 años y Catalina de 23, se unieron en matrimonio. Catalina fue extremadamente popular entre sus súbditos. Llegó a gobernar la nación como regente, mientras Enrique invadía Francia en 1513. También ella en persona cabalgó al frente de las tropas de reserva que derrotaron y dieron muerte al rey de Escocia en 1513 (al mismo tiempo estaba embarazada).


Embarazos y niños

Fue un matrimonio feliz para ambos (con infidelidades por parte del rey) durante 18 años, hasta que Enrique VIII comenzó a preocuparse seriamente ante la necesidad de un heredero varón (con el objetivo de consolidar su trono y la dinastía Tudor). En seis ocasiones durante los 18 años de matrimonio sólo sobrevivió una niña a la que llamaron María, futura reina de Inglaterra y de España. En 1510 Catalina dio a luz a una niña nacida muerta; un niño, Enrique, el duque de Cornualles, nació en 1511 pero sólo vivió 52 días; en 1513 dio a luz a un niño nacido muerto; en 1514 nació su otro niño que murió poco después del parto; finalmente en 1516 Catalina trajo al mundo a una niña saludable (María). En 1518 se quedó embarazada por última vez y dio a luz a una niña que murió en menos de una semana.


La aventura de Enrique

El rey llegó a considerar esta falta de descendencia masculina como un castigo divino, pensando en un posible divorcio. Los deseos de separarse de Catalina eran motivados por la presencia de una bella joven, Ana Bolena, hermana menor de una de sus amantes. El rey solicitó la nulidad eclesiástica a la Iglesia Católica en 1527 con el pretexto de que su matrimonio era ilegítimo por haber sido Catalina su cuñada. Como el Papa negó conceder esa anulación (para no ofender a los Reyes Católicos), esta cuestión se convirtió en una viva polémica sobre la primacía papal, en la que participaron teólogos y hombres de letras. Con el devenir de los acontecimientos, la reina se erigió en toda su dignidad de soberana para hacer respetar sus derechos y los de su hija. Con su resistencia demostró la fortaleza de su carácter.

Por último, en 1533 Enrique, en una ceremonia secreta, se casó con Ana Bolena, ya embarazada de la futura reina Isabel I. Un año después Enrique se separó de la obediencia a la Iglesia Católica de Roma y se hizo reconocer como jefe supremo de la nueva Iglesia de Inglaterra (o sea, la Iglesia Anglicana).


La muerte

Catalina fue confinada sucesivamente en Ampthill, en Buckden y en el castillo de Kimbolton, donde murió el 7 de enero de 1536, a la edad de 50 años, víctima de un cáncer. Se comprobó que su corazón presentaba un aspecto extraño, oscurecido, lo que suscitó rumores de envenenamiento, pero hoy se cree que padeció cáncer de corazón, enfermedad entonces mal conocida. Aunque nunca renunció al título real, fue enterrada en la Catedral de Peterborough con un funeral propio de princesa viuda en lugar del de una reina.





Bibliografía

Boumera, A.: “Primera esposa: Catalina de Aragón”. Disponible en http://www.portalplanetasedna.com.ar/mujer1_enrique.htm [Consulta: 20/05/2012].

Wikipedia: “Catalina de Aragón”. Disponible en http://es.wikipedia.org/wiki/Catalina_de_Arag%C3%B3n [Consulta: 20/05/2012].

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