Sunday, May 20, 2012

La historia del naufragio de Nuestra Señora de Atocha

La expansión española del Nuevo Mundo fue rápida y en el fin de 1500 la ciudad de México, Lima y Potosí tenían más habitantes que las ciudades más grandes de España. A los colonizadores otorgaron tierras para cultivar tabaco, café y otros productos y exportarlos al tierra firme. Pero al trono le importaba más la riqueza de oro y plata del continente ya que los se necesitaban para mantener el crecimiento continuo de España.

El comercio con las colonias seguía un sistema establecido: a partir de 1561, enviaron dos flotas en año al Nuevo Mundo. Los barcos trajeron abastecimientos a los colonizadores y luego estuvieron llenados de oro, plata y productos agrícolas para el viaje de vuelta a España.

Las flotas navegaron de Cádiz a primeros de año, siguiendo aproximadamente la ruta de Colón. A la llegada al Caribe, las dos flotas se dividieron. La flota de Nueva España continuó para Veracruz, México y la flota de Tierra Firme para Portobello, Panamá. Allí se descargaron los barcos y cargaron con oro y plata. Luego los barcos reunieron en Habana y navegaron por la corriente del Golfo a lo largo de la costa de Florida.

Las flotas se enfrentaron a varios obstáculos, el tiempo y los piratas fueron los dos más grandes. Para protegerse contra las piratas, cada flota estaba equipada con dos galeones armados. Uno navegaba delante y el otro detrás del barco. Nuestra Señora de Atocha fue el galeón recientemente construido para navegar en la flota de Tierra Firme.


La flota de Tierra Firme salió de España en marzo de 1622 y llegaron en Portobello en mayo. Finalmente en julio pudieron empezar el viaje de vuelta para Habana para reunir con la otra flota. En Cartagena Atocha recibió un cargamento de tesoro (oro y plata) adicional. Fue el fin de agosto, la estación de huracanes, cuando la flota llegó a Habana.

Como Atocha fue la escolta militar, llevó una compañía de 82 soldados de infantería que para proteger el barco de ataques. Por lo tanto fue el barco preferido de pasajeros ricos y también llevaba un porcentaje extraordinariamente elevado del tesoro de la flota. Desgraciadamente, la potencia de fuego no pudo salvarla de las fuerzas de la naturaleza.

El 4 de septiembre de 1622, cuando el tiempo era casi perfecto, los 28 barcos de los dos flotas empezaron su viaje para España. Por la tarde ya había más viento que se hizo más fuerte durante la noche y al alba habían olas montañosas.


Atocha, Santa Margarita, Nuestra Señora del Rosario y dos barcos pequeños que estaban en el final del convoy recibieron el impacto total de la tormenta. Los barcos, con sus velas hechas jirones y mástiles rotos, fueron a la deriva sin poder hacer nada hacia los arrecifes. Todos los 5 barcos desaparecieron, Atocha estaba estrellada contra un arrecife de coral y se hundió al instante por su cargamento pesado de tesoro y cañón.


El día siguiente un barco mercante rescató cinco miembros de Atocha que todavía se estaban afferando al palo de mesana. Fueron los únicos supervivientes de los 265 pasajeros y tripulación.

Los intentos de salvamento empezaron inmediatamente. Se encontró Atocha a 17 metros. Se intentó recuperación (por cierto, no había equipo de submarinismo) pero no se pudo abrir las escotillas. Se anotó el lugar y empezaron a buscar los otros restos del naufragio. Nuestra Señora del Rosario estaba en agua poco profunda y bastante fácil de salvar pero no se pudo localizar los otros barcos. Cuando se buscó equipo para recuperar el tesoro de Atocha, el segundo huracán arrasó el área y cuando se volvió, no se pudo encontrar los restos del naufragio. Sin embargo, en 1626 se descubrió Santa Margarita se salvó la mayoría de su cargamento.

El siglo XX fue un periodo de progreso tecnológico tremendo. En 1942 Jacques-Ives Cousteau, un teniente de navío, desarrolló los aparatos de respiración submarina (SCUBA). Esto contribuyó al descubrimiento de diez restos del naufragio de la flota española del año 1715 que a su vez despertó el interés en el rescate de los restos de naufragio español colonial.

Después de participar en la operación de 1715, Mel Fisher, un cazador de tesoro americano, fundó la empresa Treasure Salvors y empezó a buscar en serio los restos de naufragio de Atocha. Su esfuerzo llevó al descubrimiento de Santa Margarita en 1980 y Atocha en 1985.


El tesoro de Atocha (por valor de $450 millones) incluyó 40 toneladas de oro y plata, unos 114 000 monedas de plata (o sea, reales de a 8), monedas de oro, esmeraldas colombianas, artefactos de oro y plata y 1000 lingotes de plata. Y todo eso es sólo un medio del tesoro de Atocha, la otra mitad todavía no se ha encontrado.




Creo que un naufragio es un evento lamentable y horrible, pero al mismo tiempo es muy misterio. La idea que hay un barco en el fondo del océano con tesoros y otras cosas es muy apasionante. Por ejemplo, el Titanic se hundió en 1912 pero todavía es algo muy misterio e interesante y se habla sobre él. Y quizá un día se va a encontrar la otra mitad de los tesoros de Atocha o puede ser que los tesoros van a seguir siendo un misterio.



Bibliografía

New World Treasures: "History Of The Shipwreck Nuestra Senora De Atocha". Disponible en http://www.newworldtreasures.com/atochastory.htm [Consulta: 18/05/2012].

Wikipedia: "Mel Fisher". Disponible en http://en.wikipedia.org/wiki/Mel_Fisher [Consulta: 18/05/2012].

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